lunes, 28 de septiembre de 2015



El presidente estadounidense, Barack Obama, defendió este domingo en Naciones Unidas que la inversión en desarrollo “no es caridad, sino una inversión inteligente en el futuro” y recalcó que muchos conflictos, como las crisis de refugiados, se podrían evitar con más inversión en esos pueblos. Obama, que pidió a los países que acojan a más refugiados, lanzó este mensaje en la cumbre de desarrollo sostenible. El encuentro que precede a la Asamblea General de la ONU ya ha dejado entrever que Siria va a marcar la agenda los próximos días.
Los conflictos bélicos suponen una de las grandes amenazas para seguir avanzando, advirtió. “No es coincidencia que la mitad de la gente que vive en pobreza esté en lugares afectados por conflictos”, dijo Obama. Unos 60 millones de personas han tenido que abandonar sus casas en Oriente Medio y África por ello, lo que calificó de “crisis humanitarias que no podemos ignorar”. En esta línea, llamó a dar la ayuda urgente que se necesita “de inmediato” y pidió que los países con posibilidades “hagan más por acoger a refugiados”.
EEUU anunció hace unos días que aumentaría el número de refugiados que recibe a cada año de unos 70.000 a 100.000 el próximo año y de estos, entre 10.000 y 15.000 serán sirios. “Esos niños son como nuestro niños”, dijo Obama. En Europa, los Estados miembro han acordado repartirse 120.000 asilados sirios en el plazo de dos años, de los que España recibirá a 14.900, tantos como EE UU.
Pero no solo las guerras pueden expulsar a los ciudadanos de sus países. El presidente estadounidense también alertó de que el mundo va a empezar a ver refugiados por el cambio climático.
Obama recalcó el compromiso estadounidense con los 17 grandes objetivos de desarrollo adoptados el viernes por la ONU para hacer del mundo un lugar menos desigual, menos injusto y menos autodestructivo. Se trata de una batería de metas para el periodo 2015-2030 que buscan acabar por completo con el hambre, batallar contra ese cambio climático y garantizar la igualdad de oportunidades, entre otros elementos, como continuación de los Objetivos del Milenio acordados en 2000.
Aunque más de 1.000 millones de personas han abandonado la pobreza extrema en los últimos tres lustros, esos objetivos del periodo 2000-2015 solo se han logrado muy parcialmente, pero Obama hizo un alegato contra la incredulidad. “Los escépticos deben saber que el desarrollo funciona”, destacó, “el cinismo es nuestro enemigo en la nueva agenda de desarrollo”, insistió. En este sentido, sacó lustre a la reducción de la pobreza extrema o el número de personas infectadas o fallecidas por el virus del sida, entre otras metas, si bien recordó que hay aún 800 millones de ciudadanos en el mundo que viven con menos de 125 dólares al día.
“El mundo debe actuar ahora, no podemos dejar a nadie atrás. Hoy nos comprometemos a nuevos objetivos de desarrollo sostenible, incluyendo acabar la pobreza extrema. Lo hacemos sabiendo lo difícil que va a ser la tarea, no nos engañamos con los desafíos por delante, pero sabemos que es algo que tenemos que hacer”, enfatizó.
Obama admitió que la desigualdad, uno de los grandes motores de la pobreza y de los conflictos, no es un problema solo de países en desarrollo: “En este país, la nación más rica del mundo, todavía estamos trabajando en ser más justos y equitativos”, dijo
Además de desigualdad y guerras, el presidente americano advirtió de que la mala gobernanza –la corrupción- y la discriminación de las mujeres son también amenazas al desarrollo. “Sabemos que hay una larga tradición de discriminar a las mujeres en algunos lugares, pero no me valen como excusa”, dijo.
El presidente puso como ejemplo a Eva, una chica de 15 años de un pueblo de Tanzania que le había escrito una carta. “Sueña con ir a la universidad, pero como tienen poca comida a veces le cuesta concentrarse en la escuela y, como no tiene electricidad, no puede estudiar en casa por las noches. No es que sus padres la quieran menos que nosotros a nuestros hijos, sino que necesita ayuda”, relató. Y remachó su discurso dirigiéndose a ella: “He leído tu carta, os veo, os escucho", dijo, y llamó a los gobiernos: "No les podemos dejar en la estacada”.




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